El progre burgués y el maniqueismo
El progre burgués y el maniqueismo.
Hemos perdido por completo la falta de valores y en buena parte, procede del modelo educativo, han querido que todas las Comunidades, tengan su opinión y el resultado es que,
el uno quita una cosa, el otro inventa otra, el otro cambia otra, dando por resultado una falta absoluta de sentido de país, y de mentes preparadas para analizar y reflexionar cada cosa.
Se nos olvida que, cuando quieres ser respetado, lo primero es respetar, que si no quieres que te impongan unas ideas, no debes imponer las tuyas.
Cuando se pretende imponer tus ideas, significa que no aceptas más voluntad que la tuya. Si pides, lo primero es estar dispuesto a dar y si quieres dialogar, lo primero es ser
capaz de hacerlo.
Estas son ideas básicas para el buen entendimiento, pero pocos parecen dispuestos a usarlas.
En los últimos tiempos tenemos una clase media alta, con ideas de izquierdas, y que se consideran muy intelectuales. Son buenos burgueses que no reconocen que lo son, y que por
supuesto no renuncian a su vida cómoda, según G.Gordon Liddy definía al progre como «aquel que se siente profundamente en deuda con el prójimo y propone saldar esa deuda con tu dinero»,
también M. Thatcher dijo que «el socialista es el mejor para gastar el dinero ajeno».
En la actualidad vemos incoherencias, como que una persona conduzca un modelo deportivo y hacer del ecologismo su causa, pueden defender democracias dudosas, como la venezolana o iraní,
también defiende sin problema, los derechos de las mujeres y homosexuales, puede abogar por el laicismo, mientras defiende la religión islámica, al tiempo que ataca tanto a judíos como a cristianos.
Hoy vemos a estos burgueses bañarse en reivindicaciones de clase obrera y al extremo de estar en el Congreso y preferir abandonar la bancada, para subirse a lo alto con los obreros.
Pero estando en posición de poder cambiar las leyes, prefieren el ruido maniqueo, en vez de hacer propuestas de calado. En realidad ni se inmutan, pues tienen garantizada una posición muy cómoda y segura, que
les permite dedicarse a la lucha de los derechos del pueblo, desde la calidez de su domicilio y la inestimable ayuda de su Smartphone.
Y es que para un buen progre burgués, no hay nada mejor que un Smartphone, un hashtag, una publicación en Facebook y una sentada en la plaza bien armado de cerveza o calimocho.
En todos los casos, cuando les oyes discutir, hay algo común y esto es el odio al capitalismo. Siempre que hablan es para redimirnos, pues se consideran en posesión de
una verdad superior, al igual que una ética y moral mucho más elevada. Por ello nos perdonan nuestros pecados, ya que son consecuencia de nuestra profunda ignorancia, no obstante no dudan en darnos su credo para
hacernos comulgar con sus ideas.
Y en caso de que no aceptes sus ideas, pues te las imponen a toda costa.
maespin (softmiki.blogspot.com)



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